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COSMÉTICOS FEMENINOS EN LA HISTORIA: EL CAMINO HACIA EL AUTOCUIDADO

Fecha de publicación: 08 Marzo 2023

cosméticos femeninos

Coincidiendo con el Día internacional de la Mujer queremos hacer un repaso por la historia de los cosméticos femeninos. 

Hemos recorrido un largo camino, desde los cosméticos que pretendían tapar, esconder o “corregir” los supuestos defectos, hasta la cosmética natural que busca nutrir nuestra piel y cabello como símbolo de autocuidado.

Acompáñanos en este recorrido por la historia y descubre los secretos de los productos de belleza en las distintas épocas. 

¿Quieres saber más?

Sigue leyendo…


ÍNDICE

  1. COSMÉTICOS FEMENINOS EN LA ANTIGÜEDAD

  2. LA BELLEZA EN LA EDAD MEDIA

  3. RENACIMIENTO Y OSTENTACIÓN

  4. LA ÉPOCA DE LAS REVOLUCIONES

  5. LA LOCURA DE LOS COSMÉTICOS FEMENINOS VICTORIANOS

  6. SIGLO XX: UNA ÉPOCA RADIOACTIVA

  7. COSMÉTICA NATURAL ACTUAL Y AUTOCUIDADO 


COSMÉTICOS FEMENINOS EN LA ANTIGÜEDAD


El primer uso registrado de productos cosméticos en la historia fue el de la cerámica triturada a modo de pigmento en las antiguas sociedades mesopotámicas. El maquillaje contenía minerales que se utilizaban para proteger la piel del sol y realzar la belleza.


Aunque fueron los egipcios los primeros en utilizar cosméticos de forma habitual. En esta época no se distinguía entre  cosméticos femeninos y masculinos.

Se elaboraban con ingredientes naturales como minerales y metales, que a veces comportaban un alto riesgo para la salud. 


En la época clásica, griegos y romanos utilizaban distintos cosméticos, entre ellos el antimonio que servía para dar color a cejas y pestañas. Esta sustancia es bastante tóxica y puede causar problemas en el aparato digestivo, o la piel. 


También en la antigua China, se preparaban cosméticos antiedad a base de mercurio, lo cual, como se puede imaginar, no fue muy buena idea. 


LA BELLEZA EN LA EDAD MEDIA


La Edad Media está marcada por la religión que veía con muy malos ojos todo lo relacionado con los cosméticos. 


Aun así, se utilizaban aceites y perfumes naturales para la piel. También se sabe que se empleaba una especie de colorete realizado con arcilla roja que no solo servía para mejillas y labios, también se aplicaba en el pecho y en el nacimiento del pelo.


A finales de esta época se empezarán a añadir ingredientes tóxicos para blanquear la piel, como el arsénico o el plomo. 





RENACIMIENTO Y OSTENTACIÓN

Las mujeres del Renacimiento utilizaban cosméticos a base de plomo, lo que les causó problemas de salud más adelante.

El envenenamiento por plomo puede causar una variedad de síntomas, incluyendo:

  • Pérdida de apetito y pérdida de peso

  • Náuseas y vómitos (que a menudo conducen a la deshidratación).

  • Dolores de cabeza, mareos, cansancio o debilidad, caída del cabello (a veces grave), dolor o contracciones musculares, entumecimiento y hormigueo en manos y pies (poco frecuente).

Este tipo de cosméticos fue popularizado por la reina Isabel I de Inglaterra. El más famoso era la “cerusa veneciana” y su ingrediente principal era el plomo.  Se utilizaba para conseguir una piel pálida y sin manchas y tapar las marcas de la viruela que empezaba a estar muy extendida.



LA ÉPOCA DE LAS REVOLUCIONES


El llamado siglo de las luces, trae una de las eras doradas de los cosméticos femeninos, llegando a una extravagancia nunca vista en otras épocas. 


Los cosméticos se elaboraban con ingredientes naturales como miel, clara de huevo y agua de rosas,  pero también con  óxido de plomo. También se utilizaban como medicina contra enfermedades como la viruela o el sarampión; por eso algunas personas enfermaban tras aplicarse demasiado polvo en la cara.


El maquillaje estrella es una piel muy blanca con mucho rubor, labios pequeños y rojos y lunares dibujados o pegados (los fabricaban con terciopelo)


Las mujeres de la corte de Luis XVI utilizaban peinados muy elevados y diferentes cosméticos. María Antonieta y su peluquero Léonard realizaron verdaderas locuras llegando a coronar algunos de los peinados con maquetas de barco. Para mantenerlos en pie, las mujeres utilizaban postizos y una mezcla de distintas grasas vegetales y animales y polvos. 


Esta mezcla era inflamable y si sumamos la altura de los peinados con las velas de los candelabros, el desastre estaba servido.  



LA LOCURA DE LOS COSMÉTICOS FEMENINOS VICTORIANOS


Pero si pensábamos que ya se habían acabado las extravagancias, llegamos a la época victoriana. 


A pesar de que el maquillaje estaba mal visto, o quizás a causa de  ello, los remedios para cuidar la piel se multiplicaron y empezaron a venderse de manera habitual en los establecimientos. 


Con el romanticismo el aspecto enfermizo era algo a conseguir. Una piel pálida y ojos profundos se consideraban sinónimo de belleza. Así que aunque en este momento de la historia ya se conocían los efectos de algunos productos químicos, se seguían utilizando. 


Es el caso del arsénico para la piel. En el siglo XIX se empiezan a vender las pastillas u obleas de arsénico, que prometían una piel blanca y libre de imperfecciones y manchas del sol.


También a finales de siglo surgió la moda de la depilación y uno de los métodos estrella era el acetato de talio.  El talio es un veneno muy tóxico que se utilizaba entre otras cosas para las plagas. A pesar de que causó muchos problemas, no se retiró del mercado hasta finales de los años 20 del siglo XX.